Con los pinceles al aire, ante el
descubrimiento de esas
rayas, manos heridas, donde se escurrió la pintura de
hoy a la tarde, entre
verdes , rojos , azules y violetas hasta la sensación
más oscura, pero tan
lisa.Como espina , testigo de ello, la zamba escondida,
era tan murmullo, las
puertas, el corredor, y llegando al pasillo el cuadro
de su abuela en la pared,
la esquina del tránsito , donde se aglomera gente
los domingos por la noche,
cuando todo regresa a su antiguo puesto, pero
¿esta todo en su mismo lugar?.
Igual a como empezó, otro Marzo repetido,
repetido pero inverso, y tan claro,
que apareció en todo el texto, desde la
mayúscula primera.El despliegue de lo
mismo, pero para un invierno jugoso,
pero Agosto ya no es invierno.Te quiero , en
chiquitito, más chiquito que las otras letras,pero registra mi testimonio suseñoría.(Escuché cantar al hombre de la voz
llorosa, me conmueve).
martes, 18 de octubre de 2011
La Zamba
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