Puntitos blancos es lo que veo, desde el piso el aire es alguien más, desde el piso nada me toca.
Ese derrame en la pared, los bichitos derrapan sobre mis canoas , el cielo está más celeste, lo veo todas las tardes.
Es como la piel nueva del ser humano, si lo veo todos los días sera la joya nueva por siempre, aunque mueran siempre, y la serpiente siempre cambien las estaciones y que las hojas corran por la vereda. Sos más que el misterio de los ojos.
Desde acá todavía no se puede ser pájaro. Mutantes del nuevo siglo, tu hermano es aquel personaje-peste , todas las cenas, ese detalle de comida por sobre el borde de su boca, esa presencia desprolija , esa cervilleta restante otra vez al tacho.
Su sombrita en la pared amarilla, y la otra en la esquina con el pelo enredado hasta las orejas, el relato frustrado de humedad vieja, pero eran lindos, era otoño, inverno, será que los extraño, tan así, el cielo violeta y sus manos azules, (el tipo de la voz llorosa abrió la puerta, para que alguien más escuche) - no dejo de pensar que esa melodía era un café con leche, para aullentar el olor que había en todos nosotros.
"Los colores te regalaría" , siete días más, siete, la carta entre la ropa.Que el pasto sea tu mejor almohadón, tu mejor abrigo. Y que el humo marque tu silueta, así no te extraño tanto.
Ellos son ruido detrás de las orejas, el esta en su galaxia , acostado en su abrigo, la gente siente la diferencia, se marca a la luz cuando el agua deja la arena , los turistas siempre olvidan recordar algo así.
Ayer me sentí como en el puente, cuando el porro que nos acabamos en la plaza nos llego por todos lados, cuando corrimos, porque esa era la idea, y el árbol nos esperaba. Un puente sin manijas fue la cita perfecta, aunque este en media ciudad. Pero solo era un bulevar, y la gente en otro lugar, jueves por la noche, semana, laburo.
-No hay más flores en el calendario, hasta que vuelva a llegar de allá donde esta la otra cara de la puerta, y el espacio de una habitación.-
Ese derrame en la pared, los bichitos derrapan sobre mis canoas , el cielo está más celeste, lo veo todas las tardes.
Es como la piel nueva del ser humano, si lo veo todos los días sera la joya nueva por siempre, aunque mueran siempre, y la serpiente siempre cambien las estaciones y que las hojas corran por la vereda. Sos más que el misterio de los ojos.
Desde acá todavía no se puede ser pájaro. Mutantes del nuevo siglo, tu hermano es aquel personaje-peste , todas las cenas, ese detalle de comida por sobre el borde de su boca, esa presencia desprolija , esa cervilleta restante otra vez al tacho.
Su sombrita en la pared amarilla, y la otra en la esquina con el pelo enredado hasta las orejas, el relato frustrado de humedad vieja, pero eran lindos, era otoño, inverno, será que los extraño, tan así, el cielo violeta y sus manos azules, (el tipo de la voz llorosa abrió la puerta, para que alguien más escuche) - no dejo de pensar que esa melodía era un café con leche, para aullentar el olor que había en todos nosotros.
"Los colores te regalaría" , siete días más, siete, la carta entre la ropa.Que el pasto sea tu mejor almohadón, tu mejor abrigo. Y que el humo marque tu silueta, así no te extraño tanto.
Ellos son ruido detrás de las orejas, el esta en su galaxia , acostado en su abrigo, la gente siente la diferencia, se marca a la luz cuando el agua deja la arena , los turistas siempre olvidan recordar algo así.
Ayer me sentí como en el puente, cuando el porro que nos acabamos en la plaza nos llego por todos lados, cuando corrimos, porque esa era la idea, y el árbol nos esperaba. Un puente sin manijas fue la cita perfecta, aunque este en media ciudad. Pero solo era un bulevar, y la gente en otro lugar, jueves por la noche, semana, laburo.
-No hay más flores en el calendario, hasta que vuelva a llegar de allá donde esta la otra cara de la puerta, y el espacio de una habitación.-
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