El grito cae por las escaleras, como una sonata , delicadas como damas en puntitas de pie,deslizándose en tu párpado favorito.No puedo creer que cerremos los ojos , y que el humo no salga de mi boca porque ahora ya esta en la tuya.
No me caigo, estoy acá arriba, tengo una nueva carreta y son tus piernas las que no me tiran.
Escalón número catorce, por eso me gusta tanto tu guarida, las escaleras están afuera y en la mía adentro.
Lasos de color entre las costillas, todavía no llegan a tu garganta, tampoco vas a esperar a que lleguen sin antes intentar hacerte un moño, o hacerles un nudito para que no se suelten.
Yo respiro entre cada espacio de tu cuerpo que le da lugar al aire, después corro un poco, y salto para llegar más rápido, que no se escape la primavera.
Nos cojemos de nuevo, para ser parte del mar de media noche, parte de nuevo del charco , del susurro que te dice siempre que te amo, de la adrenalina del roce de las flores, de la flor, del calorsito que toca la frente el sol cuando abrís la ventana, del gusto a chocolate, de la sombra del humo de un abano robado, del gusto suave de tu boca cuando te beso, que casi puede tocarte la idea que viene después, el huevo que se te rompe en los ojos cuando nos enredamos, sin moño, sin nudo, sin nada, crudo como oveja que duerme bajo tus pies.
- Soy el pájaro que estas mirando-
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