pequeña espinilla

 Siempre  las quize espiar por la grieta de la cintura, ahí, todas pintadas de amarillo, mostrando lo suave.

Y así fue como besó mis parpados, después los roso con tal delicadeza, que recordé el cariño de las flores, el rose anatómico toqueteado con la humedad, esa humedad del alma vieja, que me recuerda tanto a la mía.La que con los días parece una nena, la quiero tanto, sobre cada esquina donde mis rulos se enganchaban con el barrilete, ahi por Palomar.

 Cerca de la infancia, donde te creia muerta por una calabaza.

Los pájaros volaron, tan precoz como aprendí a llorar, y tan lejos como aprendí a leer.

Clavando espacios en el aire, dejo mi apellido, pellizcando los ramos, marco el estrecho de una generación con Espíndola, con una E de elefante, más grande que mi casa.
Contrayendo la piel, y hundiéndome entre el cubismo que tienen tus manos, si una vez me diste la mano.
Yo siempre estoy clavada, sobre la realidad del tallo que aproxima un cielo. Así es más fácil vomitar los pajaritos, del día que mis ojos perdieron la virginidad ante una tragedia de un sin tome exagerado de pequeña espinilla.

Escondiendome entre los dibujitos de los libros , entre el olor a plastilina, entre los resfrios constantes, y entre mis chillidos,al no saber hablar con palabras plantadas.De `pibe no se pueden plantar los árboles, no así, tan solo ser puede ser un fante , una memoria con manos chiquitas , y una estatura que no alcanza al espejo.

A mi me parieron de las flores, del lado del revés, del lado malo de la flor, no malo cautivando a la maldad, sino en defensa del color polvoriento.