martes, 23 de octubre de 2012

pequeñas flores lila

¿Hace cuanto no se llega a puerto?

Los deditos de los pies los junté con espacio reducido haciendo un ramo con ellos, para no pasarme de la primavera. Porque a puerto , es a tiempo , a puerto es a casa .Hay veces que hay que quererte como las flores amarillas, aunque no se fije de quien, sino que tanto se parece al Sol. Tengo el pechito con armadura que no me pone dura, si a vos te quiero, las manos agenas no es el mejor escudo para el jugo de la carne, acá lo lindo es que tengo tus manos, mi escudo que ata mi pecho a la yema de tus dedos.
-"Lo que se va nunca vuelve"-, no me olvido más de haber dicho algo tan terrible con tanta facilidad, en las viejas ruinas, esas palabras eran grandes frutas, encajonadas en el rincón del drama que nos hacia hervir la sangre a un sueño cálido  donde las paredes se caen de a poco, el aire pega fuerte, y se vuelve a sentir la carne propia del cuerpo cuando el dulce corre en las venas, y las flores se tiñen de azúcar.
Bailes lento, entre la puerta de entrada y la puerta de salida hay espacio para nosotros y nuestro baile lento en el jardín de adelante, en mi buenos días antes del almuerzo, ahora .. ahora que se huelen las flores, porque nosotros olemos a flores, y así llegamos a las alturas que más nos acercan a la Luna.

Rejas con firuletes, enredaderas y árboles de tronco claro hay acá.

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