jueves, 18 de julio de 2013

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Con el paso del tiempo uno conspira contra si mismo, inevitable cruce de vías queriendo arrollar el alma , desprenderse de ese manto carnal es difícil , demasiado solido para cuando hace frío. Las manos en el silencio intentan bailar , ser menos toscas ante cualquier objeto presente ,pero el tren esta más cerca y estas ganas afiladas en un altar, listas para dejar de ser algo, serlo todo de una vez. Como el triste intento de querer poseer un cuerpo al levantarse una mañana siguiendo un sueño que rompe con la luz que deja entrar la ventana, los ojos idiotas invocando una imagen ya arruinada por el despertar es una de mis debilidades.
Con el paso del tiempo nada, yo, con el paso del tiempo conspiro contra mi, con una muerte que de tanto pensar toma riendas al erotismo de la vida queriendo irse , a lo más profundo ser , a una totalidad absoluta que repare mi hambre , al pedido de una sombra que poseía en la frescura de la vida, quiero recuperar mi sombra aunque sea con la muerte. Pido el segundo color, reflejo seco que pueda dar mi cuerpo en una composición espesa de carne y hueso , unos ojos de pez, mutilados y sin brillo. Es  todo lo que ronda en la habitación , aires pesados que solo forman nuevos suelos, pero no sirven,  ni a un idiota se le ocurriría caminar en un sendero de sus propios desechos, los ojos de pez no implican no limpiarse el culo.
Pero no, son solo síntomas del agua congelada.

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